En un mundo cada vez más complejo, digitalizado e interconectado, la ingeniería de sistemas se ha erigido como una de las disciplinas clave a la hora de afrontar los grandes desafíos de nuestro tiempo.
Desde la gestión de sistemas críticos en defensa y seguridad hasta el desarrollo de infraestructuras claves para el transporte, entre otras áreas, la ingeniería de sistemas es imprescindible para diseñar, integrar y optimizar soluciones de alto nivel en organismos como la Administración General del Estado (AGE).
Por esta y otras muchas razones, en la 4ª Semana de la Innovación que celebramos entre el 16 y 18 de septiembre nos vamos a centrar en la Ingeniería de Sistemas con motivo de nuestro 40 aniversario. A lo largo de tres jornadas, acogeremos ponencias, talleres y otro tipo de actividades para seguir impulsando esta disciplina, especialmente entre los más jóvenes. Así reafirmaremos nuestra gran apuesta por la ingeniería de sistemas como motor de transformación de nuestra sociedad. Pero antes, recogemos en este post algunas de las razones para estudiar ingeniería de sistemas y formar hoy al ingeniero del mañana.
Impulsora del presente y futuro de nuestro país, y alta empleabilidad
La primera hace referencia al interés de la propia disciplina como impulsora del presente y futuro de nuestro país. La ingeniería de sistemas está integrada en grandes áreas de actividad como defensa, seguridad, comunicaciones, energía espacio y transporte. Todas ellas son clave para el funcionamiento de España. Gracias a esta disciplina, los ingenieros pueden gestionar arquitecturas complejas desde el prisma de la precisión, eficacia y resiliencia. Dentro de entornos como Isdefe, los profesionales capaces de comprender y modelar este tipo de sistemas son fundamentales para garantizar soluciones eficaces y seguras a la AGE.
Además, la ingeniería de sistemas es un área del conocimiento interdisciplinar que aglutina bajo su paraguas todo tipo de ramas. Desde la tecnología de la información a las telecomunicaciones, gestión de proyectos o análisis de riesgos, todos los caminos conducen a ella. La ingeniería de sistemas otorga así una versatilidad especialmente demandada en el mercado laboral actual. Los perfiles capaces de alternar capacidades técnicas y visión de todo el ciclo de vida de un proyecto están llamados a liderar el cambio. Su alta empleabilidad está garantizada.
Disciplina innovadora y sostenible
Su contribución a la innovación está, también, fuera de toda duda. La ingeniería de sistemas es clave en el desarrollo de grandes avances que facilitan el progreso de España y, por extensión, de Europa. Los estudiantes de ingeniería de sistemas contribuyen así al empuje de la soberanía tecnológica en nuestro país y, paralelamente, a la construcción de un tejido más resiliente entre las grandes instituciones. Entidades como ISDEFE actúa como catalizadores de la innovación al servicio del ecosistema público fomentando la transferencia de conocimientos y la colaboración entre centros educativos, empresas y la Administración Pública.
Y, por último, estudiar Ingeniería de Sistemas ayuda a crear un mundo más sostenible. El ingeniero de sistemas debe incluir entre sus parámetros, más allá de la viabilidad, otras variables como la sostenibilidad y métricas orientadas al impacto social del proyecto. En la actualidad, una visión integral como la de la ingeniería de sistemas es clave para impartir orden ante la gran oleada de sistemas inteligentes, algoritmos de decisión y la automatización de procesos.
Estudiar hoy ingeniería de sistemas es apostar por una carrera de futuro con aplicación directa en el presente y futuro de España. Por extensión, esta disciplina permite impulsar la innovación, así como el impacto social positivo.